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Estados Unidos: Miami busca terminar con una histórica fiesta de universitaria playera

Se trata del "Spring Break", la fiesta que se lleva a cabo en las vacaciones de primavera y que reune a miles de jóvenes en Miami. Este año, el estado de Florida desplegó un gran operativo para evitar el descontrol.

Las vacaciones de primavera son el receso más importante en Estados Unidos. Miles de jóvenes universitarios aprovechan las semanas de descanso entre marzo y abril para viajar a distintos destinos y disfrutar con sus amigos.

Uno de los lugares más visitados es Miami Beach – ubicado en el estado de Florida- en donde todos los años los estudiantes se reúnen para pasar días interminables de playa, fiesta, alcohol, música y drogas. Sin embargo, durante 2024 el ayuntamiento de la localidad buscará terminar con el descontrol de estas fiestas.

Spring Break 2024: el plan de contención de Miami

El periodo de Spring Break ya comenzó en Estados Unidos. Sin embargo la Ocean Drive – una de las avenidas más famosas de Miami – está más tranquila que nunca: no hay olor a marihuana, tampoco alcohol en cantidades extremas, ni tampoco chicos cortando el tránsito con sus bailes en medio de la calle.

Es que el ayuntamiento de Miami Beach este año intentó limitar el icónico festejo universitario tras ediciones llenas de escándalos. En 2023, durante las jornadas de fiesta, ocurrieron dos tiroteos en las calles que dejaron como saldo dos fallecidos y a una ciudad de luto.

La primer semana de festejos ya dejó 143 arrestos en Miami.

La primer semana de festejos ya dejó 143 arrestos en Miami.

Pero para 2024 las autoridades buscaron que el festejo esté mucho más controlado. Para ello, se desplegaron numerosos policías por el barrioaumentaron los controles de alcoholemia y se cerraron todos los aparcamientos de la zona, salvo uno, que cuesta 100 dólares durante los fines de semana en que más visitantes se esperan.

Además, los bares y restaurantes no pueden abrir sus terrazas en las aceras, y los locales que venden alcohol deben cerrar a las 20:00hs. También, las autoridades determinaron el cierre de las playas a las 18hs, cuatro horas antes del horario habitual.

Todas las decisiones fueron acompañadas por una fuerte campaña en redes sociales. «Necesitamos hablar. Nuestra idea de un buen momento es relajarnos en la playa. Tu solo quieres emborracharte en público e ignorar las leyes. Así que rompemos contigo«, reza un spot en referencia a las medidas tomadas por el ayuntamiento.

Por el momento, el festejo recién está iniciando pero las calles de Miami Beach tienen un aura de tranquilidad que hace años no tenían. Sin embargo, todavía quedan varias semanas antes del retorno a clases.

La reacción de los turistas de Miami

Shannon Mckinney, estudiante universitaria proveniente de Nueva Orleans, se enteró de los cambios en las reglas al llegar y no dudó en expresar su indignación: «es bastante loco porque sólo queremos divertirnos. No hemos venido a promover la violencia. Hicimos un viaje largo y gastamos dinero».

La respuesta de los estudiantes varía caso a caso. Por su parte, Conae Rhodes, una jóven originaria de Virginia, se mostró más comprensiva con las nuevas normas: «puedo entender por qué actúan así. Siempre hay gente que no sabe comportarse o que bebe demasiado«.

Las duras medidas frenaron el descontrol, pero también generaron un perjuicio económico a la ciudad.

Las duras medidas frenaron el descontrol, pero también generaron un perjuicio económico a la ciudad.

A pesar del descontrol que puede significar las semanas de festejos, la respuesta entre los vecinos de Miami Beach tampoco es heterogénea. El plan del Ayuntamiento no suscitó unanimidad entre los residentes de la localidad.

Por ejemplo, Joel Hernández, músico de 54 años y residente de Miami Beach, cree que «hay una necesidad de mejorar la seguridad» aunque también piensa que las medidas impuestas son «excesivas«. «Para mí, que vivo a unas cuadras del centro, esto es muy complicado. Parece que estemos entrando en una zona de guerra, con todo cerrado. Y al final uno no se siente seguro, al revés, uno está más temeroso de que vaya a pasar algo«, explicó.

Por otra parte, también está la contracara económica de las medidas tomadas: son miles de estudiantes los que llegan a la ciudad y generan ingresos a todo tipo de comercios, que hoy se ven afectados por las decisiones del ayuntamiento. Janet Alvarado, empleada en un restaurante ubicado en la Ocean Drive, criticó esta merma en los ingresos: «ahora lo que tenemos es una seguridad enorme, pero no tenemos clientes«.

Lo cierto es que el Spring Break del 2024 será recordado más por sus restricciones que por sus festejos alocados. Restará ver si los estudiantes regresan al siguiente año o buscarán nuevos horizontes donde festejar sus vacaciones.

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