Bambalinas
«La DPSCA nació en la ley de medios 26.522 diseñada por el kirchnerismo para doblegar al periodismo independiente (¡ay!… y después critican al presidente @JMilei por sus modales). Una de sus innovaciones era un organismo que recibiría denuncias de la “ciudadanía” contra los abusos del ‘periodismo’”, expresó Sturzenegger. Y luego sostuvo que «desde su creación en 2009 los argentinos hemos contribuido 70 millones de dólares para sostener este organismo que juntaba denuncias (muchas repetidas con el mismo texto por centenas) en contra de periodistas críticos del kirchnerismo (…) Para tener una idea de los montos involucrados, en 2023 cada denuncia le costó al contribuyente unos 1,5 millones de pesos».
El funcionario aprovechó el tuit para de paso hacer una elogio de las formas de comunicación y el tono que caracteriza al presidente Javier Milei: «Sarmientino podríamos decir, ya que sabemos que Sarmiento era también un debatidor nato y que usaba un lenguaje fuerte. (Por dar un ejemplo en «Las Ciento y Una» Sarmiento le dedica una catarata de insultos a uno de sus más acérrimos contrincantes -nada más y nada menos que a Alberdi, el prócer de los libertarios-, entre ellos los de charlatán mal criado, truchimán, perro de todas las bodas, camaleón, ratoncito, falsificador, traficante, veleta, tonto estúpido, majadero, esponja de limpiar muebles (?), alma y cara de conejo, homme entretrenue -prostituto-, vieja solterona a caza de maridos, y muchos otros irreproducibles para la sensibilidad actual). Me imagino que Sarmiento disfrutaría mucho de nuestro presidente polemista. Ni el gobierno ni el presidente @JMilei rehuyen el debate de ideas. Proponen una discusión abierta y transparente donde se respeta plenamente el derecho de expresarse de todas las partes. Los modos y su contenido serán objeto de evaluación del votante. Pero no se usa el dinero público ni para comprar voluntades ni para amedrentar opositores. Es todo lo contrario de lo que hacía el kirchnerismo que usaba los recursos públicos para disciplinar a la prensa a espaldas de los ciudadanos, pero usando su dinero».