Rusia quedó hoy en el ojo de la tormenta luego de que se diera a conocer la noticia sobre la muerte de Alexey Navalny, dirigente opositor de Vladímir Putin. Tras esto, líderes políticos mundiales salieron a exigir que se aclaren las circunstancias alrededor del fallecimiento.
Por su parte, Jens Stoltenberg, el secretario general de la OTAN aseguró que Rusia tendrá que responder «serias preguntas» y expresó su preocupación y tristeza por lo sucedido.
El presidente francés, Emmanuel Macron, expresó que en Rusia “los espíritus libres son enviados al Gulag” (campos de concentración) y “condenados a muerte”. En su cuenta de la red social X sostuvo: «Rindo homenaje a la memoria de Navalny, a su dedicación, a su valor. Mis pensamientos están con su familia, sus seres queridos y el pueblo ruso».
En la misma línea, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, indicó estar «conmocionado» por la muerte de Navalny, que estaba «injustamente encarcelado por el régimen de Putin por su defensa de los derechos humanos y la democracia».
Asimismo, la excanciller alemana Angela Merkel dijo que está «extremadamente conmovida» por la muerte del dirigente, a quien consideró una “víctima de la violencia represiva del Estado ruso». En un comunicado, declaró: «Es horrible que una voz valiente y comprometida con su país haya sido silenciada con métodos terribles».
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos se declaró «indignado» y llamó a poner «fin a las persecuciones» en Rusia. «Todos los detenidos o condenados a penas diversas de prisión a causa del ejercicio legítimo de sus derechos, sobre todo del derecho de libertad de reunión y de expresión pacíficas, deben ser liberados de inmediato y todas las acusaciones contra ellos deben abandonarse», afirmó la agencia en un comunicado.
En tanto, la Unión Europea (UE) considera que el «régimen ruso es el único responsable» por la muerte en prisión de Navalny. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, señaló en X que el principal opositor de Putin «luchó por los valores de la libertad y la democracia. Por sus ideales, hizo el máximo sacrificio».
Stéphane Séjourné, el canciller francés sostuvo que Navalny «pagó con su vida su resistencia a un sistema de opresión» en Rusia. «Su muerte en una colonia penitenciaria nos recuerda la realidad del régimen de Putin», agregó en X.
«El mundo ha perdido a un luchador cuyo coraje resonará a través de generaciones», manifestó por su parte la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola. «Rusia le arrebató su libertad y su vida, pero no su dignidad. Su lucha por la democracia sigue viva. Nuestros pensamientos están con su mujer y sus hijos», añadió.
Por su parte, la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, subió a redes sociales una foto del opositor fallecido y lo acompañó con un texto en el que escribió: “Putin no teme nada más que la disidencia de su propio pueblo. (…) Unámonos en nuestra lucha por salvaguardar la libertad y la seguridad de quienes se atreven a enfrentarse a la autocracia”.
La muerte de Alexei Navalny, principal opositor de Putin
Navalny murió en la cárcel por razones que todavía no fueron precisadas, informó el servicio penitenciario del país y el Kremlin. En un mensaje, el Servicio Penitenciario Federal indicó que «el 16 de febrero de 2024, en la colonia penitenciaria número 3, el recluso Navalny A.A. se sintió mal después de un paseo y casi inmediatamente perdió el conocimiento».
Además, agregaron que «los trabajadores médicos de la institución llegaron inmediatamente y llamaron a un equipo médico de emergencia». Desde la institución también informaron que se llevaron a cabo todas las medidas de reanimación, «pero no dieron resultados positivos».
La reacción de las potencias occidentales «en forma de acusación directa a Rusia es autorreveladora», publicó la portavoz de la Cancillería rusa, Maria Zajarova, en su canal de Telegram.