Luego de que Emmanuel Macron decretara la reforma, continúan las protestas masivas en las principales ciudades del país, mientras los gremios prometen agudizar las medidas de fuerza.
Tras conocerse la sanción por decreto de la polémica reforma previsional en Francia, recrudeció la tensión entre el gobierno de Emmanuel Macron y los sindicatos, que llamaron a una nueva jornada de protestas para el próximo jueves.
Como se sabe, el 7 de este mes lograron reunir a casi dos millones de personas, en la mayor protesta contra una reforma social en tres décadas, en medio de la paralización de varios sectores de la economía que, por ejemplo, mantienen París casi desbordada de basura.
«Obvio que habrá nuevas manifestaciones porque la movilización es muy fuerte; lo decidiremos juntos en una reunión intersindical», dijo Laurent Berger, líder de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), quien denunció «un vicio democrático» del Ejecutivo.
«La movilización y las huelgas deben amplificarse», afirmó por su parte Philippe Martinez, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT).
Además, varios miles de personas se congregaron al grito de «huelga general» en la plaza de la Concordia, a cientos de metros de la Asamblea, para protestar contra la reforma y contra el uso de ese mecanismo legal, cuyos detractores consideran antidemocrático.
La policía intervino con carros hidrantes y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.